jueves, 10 de febrero de 2011

Una Chica como Yo en un Sitio como Este

En los días como hoy...
Mira que empecé bien el día, la verdad.
Mi Manu ya había llegado de París y ayer noche justamente arreglábamos el mundo con un Seagram's en la mano.


Dormí abrazada, acurrucada y amada. Y desperté una mañana que me decía ¿Por qué no te quedas hoy en casita leyendo tu último libro de Pius Alibek? Y yo erre que erre, a capa y espada abriendo mis puertas para repincharme los deditos a tocado tendido, feliz. Me tomé mi riguroso café con la última entrada de silvia y, después de morirme de risa, todo era fácil.
En el Atelier pasó Ivan (a partir de ahora "el fotógrafo" en mi blog), y se llevó dos chisteras para una sesión el sábado. 


Vino con la estilista y la maquilladora, todos divinos. 

Da gusto trabajar con gente que se mira a los ojos.
Y aquí vengo yo.
Que el día se giró y me trajo la cal o la arena (nunca recuerdo cual es la mala)
y entonces me pasó una tristeza, algo que tiene que ver con la condición humana (o inhumana).
La cosa fue grave y disculpen si no voy más allá.
Hace días Tula me dio un premio, bueno, al blog. Se debía seguir un juego y contestar a unas preguntas (prometo hacerlo en algún momento) 
Hoy decido, después de todo, preguntarme algo
¿en que crees?
en el AMOR
Y aunque quede plasta es cierto, porque con mis hijos, con mis amigos y familia, con mi cocina, con mi trabajo, ese amor es como la fuerza que da cuerda a un reloj antiguo, que debo ser yo.
Y mi cuento, a fin de cuentas, siempre acaba bien.

Y con esto y un bizcocho hasta mañana a las ocho!! (with coffe (of course))

No hay comentarios: