martes, 31 de diciembre de 2019

Joie de Vivre

⁓ !La presa está abierta! 
Grita alguien mientras observa lo que parece una boca enorme que se abre. 
Desde el valle puede verse una cabeza de plata, una montaña que escupe con furia el agua  que guardó avara.
 Una lengua, como un molino de aceña, que genera tiempo, vida y electricidad.
El río baja tan fuerte que enciende todo un pueblo. 
Parece hoy, que en ese pueblo, en todas sus casas viva gente. 
El agua enciende  guirnaldas de verbena  y  prende las mejillas como farolillos de fiesta.
Se encienden como lámparas a donde irán a morir bichitos y mariposas.


Suena el reloj en mi muñeca,
ding
🔔
Está a punto de acabar el año y llevarse con él una década. 
Y el agua, llena de cosas, baja con mucha fuerza. 

A la deriva va el cuerpo boca abajo del desamor. 
Es ocre, es marrón, es mate, parece un cuerpo de veras. 
Pero conforme acercamos el objetivo, como si fuera una alucinación,  podemos ver que tan solo son un montón de hojas secas  que se han construido para lo que necesitabas ver 
y que ahora, un nuevo remolino, las deshace.

El gracioso cuerpo de la inocencia 
parece, plácido, que duerma sobre la corriente, 
tan plácido como un bebé al que te acercas para ver si respira.
A la inocencia la sobresalta una nueva bocanada de aire 
que toma sin dudar y sigue viva.


 La pérdida, 
en las aguas turbias del tiempo hace el muerto panza arriba y, 
vestida de flores, 
dibuja a nuestros ancestros sobre el río Bagmati agarrándonos de la mano, 
contándonos lo bien que les va desde que viajaron a la luz, poniendo gestos suyos en cada surquito nuevo que nos asoma a la piel.  

El éxito 
baja el río sobre góndolas doradas que dirigen, sonrientes, los marineros del alma.
El éxito, de echo, baja hacia donde quiere. A veces, incluso, baja subiendo.



Suena el reloj en mi muñeca,
ding
🔔🔔
Las cosas que se han quedado en el camino, se han quedado en el camino.
Las he buscado  en el río con un batallón de buzos.
Hasta que el primero en sumergirse y que estuvo más tiempo bajo el agua,
asomó su escafandra y exclamó
¿qué estamos buscando?

Intuyo que me quedan cosas por descubrir que aún no sé qué nombre tienen.

Porque en la noche las aguas son más silenciosas y cristalinas y una puede ver mejor.
 Se cruzan,
con peces plateados siempre a contracorriente,
unas cositas brillantes que se encienden y se apagan,
recordándote
con ese instante de luz y oscuridad y luz y oscuridad,
que todo pasa.

La pasión mira, el caudal abundante del río, casi con desdén
¡y todo eso yo he vivido?
Se gira fogosa dando la espalda al origen de las aguas.
 Se pone la mano en la frente y mira mucho más allá, mucho mucho más allá,
hasta donde el río muere.
La pasión se frota las manos mientras contempla
el mar.

La joie de vivre, la alegría de vivir, se mira los pies y mueve sus deditos,
se dirige a la pasión,  se dirige a todo y a todos los que bajan ese río, se dirige a mí,
se dirige  a ti que me miras, se dirige a ti, que me ecuchas:

¿Sabes que este instante es un  milagro?




Ding,
suena el reloj en mi muñeca
🔔🔔🔔



🍎Feliz nueva vida y bonito
2020 y más allá

💝
⁓ Love 


martes, 17 de diciembre de 2019

La Hipótesis de la Tierra Rara

Tú y yo no nos conocemos,
pero da igual que no sepa qué pie calzas porque conmigo eres otro,
otro que, probablemente, no existe.
Tú y yo no nos conocemos,
pero da igual que no sepas quien soy porque contigo soy otra,
otra que, probablemente, no existe.



El principio de mediocridad es la noción, en filosofía de la ciencia, de que no existen observadores privilegiados para un fenómeno dado.

Para mí tú eres el principio de lo magnífico. 
Este invento no va más allá de tus ojos y los míos.
Estás lejos de ser el centro y muy cerca de la hipótesis de la tierra rara, 
donde un cúmulo de casualidades excepcionales ocurrieron para vivir donde tú y yo vivimos,
volando a lomos de una paloma.

Tú y yo no nos conocemos pero ese momento existe ¿o no?



Los principios encierran siempre un final ¿Pero ese cuarto? 
Ese cuarto no tiene principios,
es la habitación donde tú y yo nos criamos.
Allí viven dos desconocidos que saben tocarse,
mirarse como si no existiera otro día más y eso lo sostiene, 
tan fuerte lo sostiene, 
que a veces parece que nunca pueda caer. 

Lejos de las teorías místicas
prefiero la rítmica 
de la boca y el fruto.


Love