miércoles, 23 de febrero de 2011

CuentaCuentos


Joaquin Sorolla

A día de hoy, la gente que pasa por mi vida se sorprende cuando hablo de ellos en una de mis múltiples formas... porque se habla de múltiples formas ¿no? A mí lo de escribir palabras se me da más o menos, la cosa es que a veces me es más fácil así, expresarme digo. Cuando hablo a veces me lío.

Después están las miradas y los gestos, esos nunca fallan.
Las cosas a veces se complican, eso me pasa esta semana loca, que las cosas se me han complicado.... un poquitín.
Mi madre, a día de hoy, me ha pegado una bronca por inocente, por mi soltura a la confianza. Pues se ve que yo soy ese perrillo (en mi caso perrilla), que se dio un chispazo con la valla eléctrica y vuelve de nuevo a probar suerte. Si, yo soy de las que pienso que quizás esa valla ya no es eléctrica, que una super persona se acercó y pensó en desconectar la corriente. Yo soy una de esas..
La cosa es que me siento un poco triste, por que hoy no sé con certeza si aporto por lo menos la mitad de lo que me aportan a mí.
"El fotógrafo" (Iván) se sorprendió que lo mencionara en mi blog, me mandó un mensaje muy bonito que hoy agradezco más que nunca y compartió conmigo Lise.  ¿Pero cómo queréis que no hable de vosotros? Si es que yo vivo en gran parte de mis encuentros, de mis cuentos. Me cuesta darme de morros con cualquier pared, aunque me sienta capaz, después de todo, de escalar como una lagartija al otro lado (esta vez sin electricidad).
Que la vida es ese cuento "el de mala suerte o buena suerte", que una cosa mala te lleva a una buena y viceversa (perdón por la explicación).
Así que ese Sorolla tiene hoy sentido aquí, que me desnudo un poco, sobre sábanas de satén y con patita cubierta, no podía ser de otro modo.


En todo caso, aquí tenéis mi última creación para una novia mágica que, seguramente, pronto se cruza por mi camino. 
Ya os lo contaré
PromiSe!

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