viernes, 22 de abril de 2011

Mala Hierba




tocado caracol con duende de jardín 

Después del sol de los primeros días, caímos en nubes, en viento, en sol y nubes, algo de lluvia, vamos, lo que dice siempre el Iphone de Gerard, que como todo lo pone, nunca se equivoca. Con el sol, ya lo conté, me dió por arreglar el jardín. 




Y después de recuperar la máquina cortacesped, lógicamente me dispuse a pasarla. En linea, para arriba, despues para abajo, después para arriba. Hay unas malas hierbas en mi jardín (todo hay que decirlo, hace como 200m2) que forman como una alfombra pegajosa y enredada. Creí que el cortacesped podría con ellas, pero solo hacía que aplastarlas una y otra vez. Prové a tirar de ellas y… si, salen, me dije. 


De camino a apagar la máquina se apagó como si me leyera el pensamiento, un final de gasolina empático, que gracia. Así que solo me quedaron mis manos frente a la alfombra maldita. He de contar que me acompañaba Yvonne, mi hija-astra, que de tan compenetradas que estábamos en la matanza nos hacíamos una. Nos asomamos a lo que años a era un huerto hermoso. Calabazas, calabacines, tomateras, habas, cebollas y lechugas, eran hoy un montón de zarzas, hiedra, malas hierbas y hojarasca, palabra que nos encantó a las dos y que nos dio para rato de conversación profunda e intelectual “hojarasca desaparezca todo esto”, decíamos entre miles de silencios.




Yvonne, mi hija- astra

Sacar las malas hierbas me ha salvado los nervios que llevo estos días y me ha matado las manos (manos que tengo que lucir en mi Workshop y que deberé recuperar pronto). En un intento fallido, mi cuñada se ha dispuesto a hacerme la manicura francesa. Después de lavar las manos concienzudamente, las he metido en agua calentita, me ha puesto gel de aloe vera para los cortes, cremita, masajito. Las ha mimado y querido, pero a pesar de ello, tengo los dedos cortados hasta la cintura, hay tierra que se me ha incrustado dentro de la piel y dudo yo que se me vaya así como así.


Roc se fue ayer con su padre, y me dijo lo más bonito qque he escuchado hace tiempo, me dijo (y traduzco para todos) “T’estimo molt mama (te quiero mucho mamá)- y yo le digo- Ah si? Quant m’estimes? (¿Ah si? Y cuanto me quieres?) - A lo que él, buscando la palabra que pudiese definir ese sentimiento, dijo resuelto- Tot (Todo)- Sus tres años me emocionan y me divierten, qué queréis que os diga.. Y hoy Chri que se quedará con sus tios mientras vuelo por la ap-7 a Barcelona de nuevo a preparar trabajo para mañana en Mercantic. Tengo mucho que cerrar para llegar viva a fin de mes, aunque puedo asegurar que esa terapia improvisada de arrancar malas hierbas me ha quitado lastre autóctono aunque se haya cargado mis manos. 






Una aguja, un hilo, un encaje frivolité y plumilla color pastel= recuperación inmediata. 



Manos como la seda.

1 comentario:

BIMOBEBE dijo...

Que vagi molt bé demà pel camp de batalla, aquest diumenge no ens veurem.