martes, 2 de septiembre de 2014

Dos Mares

soy el mar

Llego a la arena con la magnitud de todas mis olas, preservando a los peces de la mirada azul del peatón. 


Abandono en las orilla a capricho, ahora una concha vacía, ahora una red despojada, ahora el mensaje de una botella. Como una enorme advertencia, una amenaza demasiado sutil.


He llegado al alba a tu orilla. Un mar enorme descansando en mi arena como si estuviera muerto o herido del todo. Has abierto los ojos con la súplica del moribundo, con la fuerza que otorga el más allá tan cercano. Pero tus ojos no eran ruego, no eran paz, no eran calma ni eran relámpago.


 Eran acantilado

 Y he caído por ellos haciendo enormes cascadas. Se han acabado mis orillas, mis olas, mis corrientes, mis peces, corales, caracolas y los millones de especies de algas que me habitan. 


Todo lanzado al ímpetu de tu vacío, con la certeza absurda de que, justo antes de caer, vaya a abrirse el manto que me acoja, con la seguridad de que todo va a regresar duplicado y mejor...

Eres un mar. Un mar que ha venido a mi tierra en forma de animal herido. 

Yo solo me acerqué no por venganza, si no por curiosidad de gato, de madre cuidadosa.


Ahora, desde tu estómago, ya solo soy un mar desaparecido, soy algo que solo tú conoces cuando lloras, cuando me deslizo en tus mejillas con ansia de beso.


LOVE



No hay comentarios: