viernes, 28 de marzo de 2014

Cuánto Cuento


Abre la puerta.
Es una madrugada y  entra como si fuera la hora del patio en un colegio.
Los ojos se disparan. Las manos se dirigen naturalmente, como si fueran nubes, incapaces de moverse por sí solas. 
El pelo le cae por la espalda y los dedos se manejan entre los mechones.
¿De dónde viene esta inercia? 

fotografía de la genial Kirsty Mitchell

Y saber que no depende de las flores ni del café.
Saber que la cuestión no va a ser discutir la frase siguiente, el próximo viaje, la futura madrugada, el último beso.
Saber que no la amas ni sabrás hacerlo.

Saber que el concepto felicidad es algo lejano y casi olvidado por ti 
Saber que su alegría te va a resultar insultante, amenazante y vulgar

Diagnóstico: metástasis de mariposas en el cuerpo, una tristeza en los ojos y una sabiduría vieja.

Tengo un deseo: ven



Buen finde y el lunes ya hablamos de trabajo
Enjoy



*El cuadro de las orquídeas es de mi madre, Lola Hurtado, gran pintora y preciosa persona. 

2 comentarios:

patapalo dijo...

Y la poesía como enfermedad terminal.
Bonito diagnóstico y feliz tratamiento...

anna blau dijo...

morir de poesía no debe estar tan mal : ) Tratamiento complicado, carísimo...