Anoche me perdí en una casa maravillosa con fiesta maravillosa. Me di la licencia de hacerlo después de tres semanas de infarto. Acabado el Workshop. Acabado Massana. Acabado Felicidad Duce. Justo despegando con el baile de primavera.
Empezando. Empezando. Empezando.
Así que en algún momento debía rascar un paréntesis.
Bailar una noche, charlar por los codos, volver a bailar y reír, perdón que me repita, y reír.
Mi posición ahora es casi horizontal. Oigo los pájaros sobre mi música, ahora Le temp des cerises. Planté en mi jardín unas margaritas que secuestré en la tienda de Blaise. Plantándolas pude ver cómo se asomaba mi primera anémona. Viendo mi primera anémona sentí que la tierra pedía agua. Caminé a la manguera, alcé la vista. Rudy y Andy comían junto a Blaise, Carlos, Hugo y yo ¿y yo? ¿no era que estaba en la manguera? Bueno, si, fue un día de esos.
La fiesta dio para tanto que mi mañana era un conjuro de universos paralelos. Así que mis recuerdos hoy se han multiplicado por mis universos. Llego tarde pero llego a todo.
A tiempo de saludar a Claudia y familia, esta vez sin gemelas. Llegué a tiempo de Eider y su achuchón.
Llegué a tiempo para tirarme con Pedro y Esti sobre el sofá.
Arrancar unas risas y arreglar este mundo nuestro que este lugar nos restaura, finalmente parece que no hay tanto que arreglar. Podríamos poner un cartel en mercantic “se restaura tu mundo” A mí aquí me han arreglado bastante…
Buena semana a todos y buenos proyectos!!!
LOVE
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