martes, 29 de enero de 2013

Amor y Sombreros

Es inútil despertarse e imaginarse el día, es algo de lo más habitual. 
Nos programamos sin darnos cuenta y después nada que ver. 
El mirlo en la calle con sus saltos puede cambiarte la vida. 
Por que la vida es eso, cambio. 


Intentas hacerlo todo igual por miedo al suceso. Pero el suceso te encuentra en los lugares de siempre. Tomando el segundo café en el Curuba o después de una comida de reyes en casa de Pere. 
Te esfuerzas en coger el mismo camino, el mismo autobús, pero todo es una enorme ficción incontrolable. 
Las cosas se cruzan sin permiso y la única manera de disfrutarlo es aceptarlo así y abrazarlas con fuerza. 
Los sueños son buenos y estoy segura de que los sucesos los tienen en cuenta. 


Por eso es de rigor dejar la mente lo más clara posible, lo menos intoxicada. La paz lleva paz consigo. Así, todo lo demás, los dos lados de la vida, la arena y la cal, te caerán sobre las manos y no sobre la cabeza, dándote tiempo a repirar frente a lo que se venga.


Esta noche escucho otra vez Chopin mientras escribo. Y después de mi día vuelvo a saber que lo único que existe, la única verdad, es este momento.


Buenas noches y mucho amor y sombreros!!

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