lunes, 9 de julio de 2018

De la Inocencia

"Soy un niño salvaje, inocente, libre y silvestre.
Tengo todas las edades, mis abuelos viven en mí.
Soy hermano de las nubes, solo sé compartir.
Sé que todo es de todos y que todo está vivo en mí.
Mi corazón es una estrella y soy hijo de la tierra,
Voy a bordo de mi espíritu camino a la eternidad"
- Niño salvaje- Canción tradicional


Cuando la inocencia es pura nos tiemblan los labios.

Caen las piedras de colores,
caen los cristales que el mar pulió y plantó en nuestros bolsillos.
El ombligo espiral de una sirena canta
 justo antes de salvarnos del revolcón de una ola, 
aquel día en la playa, 
cuando tu madre y tu abuela paseaban por la orilla sin saber que morías.

Cuánto peso llevaba en los pantalones antes de dejarte ir.. antes de dejarte a ti ese camino cromático que, avaro, recogiste solo para quedártelo, sin más.

Es inevitable, no se recuperan las cosas que ya hemos entregado.
Es inevitable, una lamprea es una lamprea, una fría criatura que se te come.


Qué anestesia tan profunda el final de la inocencia.
  
Solo, solo queda mirar fijamente al ombligo del mar 


Hasta la firme convicción de que el espiral es un círculo
y de que el círculo no tiene fin,
y de que el fin es el principio, de que los labios tiemblan de nuevo y de que tienes una nueva especie en la lista a la que ya no das de comer.


Fotos y texto: Anna Blau